10/12/08

"...¿A qué se refería con que era mejor que no fuéramos amigos? Sentí un retortijón en el estómago cuando comprendí el significado. Debía de haber visto cuánto me obsesionaba y no quería darme esperanzas, por lo que no podíamos siquiera ser amigos..., porque él no estaba nada interesado en mí.
Naturalmente que no le interesaba, pensé con enfado mientras me lloraban los ojos - reacción provocada por las cebollas - . Yo no era interesante y él sí. Interesante... y brillante, misterioso, perfecto... y guapo..." (Del libro: Crespúsculo, Stephenie Meyer)