22/2/09

"...Será como si nunca hubiese existido. Las palabras atravesaban mi mente, pero sin la claridad perfecta que había tenido la alucinación del día anterior. Sólo eran palabras, sin sonido, como las letras impresas en una página. Sólo palabras, aunque rasgaran y mantuvieran el hueco del pecho bien abierto. Me salí de la vía principal de forma brusca, en una zona ancha que se abría a mi derecha. Era consciente de que no podría conducir en aquel estado de incapacitación. Me encogí, presioné el rostro contra el volante e intenté respirar a pesar de mis pulmones. Me pregunté cuánto más podría durar esto. Quizás algún día, dentro de unos años, si el dolor disminuía hasta el punto de ser soportable, me sentiría capaz de volver la vista atrás hacia esos pocos meses que siempre consideraría los mejores de mi vida. Y ese día, estaba segura de que me sentiría agradecida por todo aquel tiempo que me había dado, más de lo que yo había pedido y más de lo que merecía. Quizá algún día fuera capaz de verlo de este modo. Pero ¿y qué ocurriría si este agujero no llegaba a cerrarse nunca? ¿y si las heridas en carne viva jamás se curaban? ¿y si el daño era permanente, irreversible?. Me rodeé el cuerpo con los brazos y apreté con fuerza. Como si nunca hubiese existido, pensé con desesperación. ¡Cómo había sido capaz de hacer una afirmación tan estúpida y tan absurda! Podía haber robado mis fotos y haberse llevado sus regalos, pero aún así, nunca podría volver las cosas al mismo lugar donde habían estado antes de que le conociera..." (Del libro: Luna Nueva, Stephenie Meyer)